Ataque mundial a la naturaleza
Son ellas quienes gobiernan el mundo a través de sus servidores que pueden llamarse Obama o Alan García.
Su avidez se traduce en un feroz ataque a la naturaleza que lleva a la desaparición de especies animales y vegetales, y, por supuesto, al relativamente pronto exterminio de nuestra especie.
Esto saben muy bien los grandes empresarios, pero ¿Qué pueden hacer? Si alguno de ellos por razones éticas renuncia a implantar una instalación contaminante, vendrá otro que lo haga.
El gran capital tiene un solo principio moral que desplaza a todos los demás: Ganar la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible. El exterminio de la especie es un subproducto, una “pérdida colateral”.
Los que sí son confrontados por las poblaciones afectadas son los concretos ataques locales:
No sólo las minas roban el agua, la población de Canchis, Cusco, lucha contra la amenaza del robo de su agua para la hidroeléctrica de Salkapukara. Carabaya, Puno, realizó un paro contra la amenaza de desalojo de miles de agricultores de Puno, Cusco y Madre de Dios para construir la represa de Inambari que daría electricidad a Brasil.
Otro robo del agua es el realizado por la agroindustria. La irrigación de Majes en Arequipa robó el agua del Colca en el mismo departamento y ahora pretende robarla a Espinar, Cusco. La pequeña agricultura necesita del agua para alimentarnos a los consumidores peruanos. La agroindustria la roba para exportar a los Estados Unidos. Por otra parte mata el suelo cultivable con la monoproducción y el uso intensivo de agroquímicos. Además super-explota a los trabajadores agrícolas.
¿Qué hará Humala?
Se comprometió a cumplir con el mandato del convenio 169 de la OIT (que es ley peruana aprobada por el congreso) de respetar el derecho a consulta que tienen los pueblos indígenas sobre cualquier proyecto que afecte a sus territorios. Afortunadamente el parlamentario electo, Javier Diez Canseco, opina que este tema debe ser prioritario en el nuevo congreso.
Sin embargo, Humala, por otra parte, también prometió impulsar la minería en manos privadas y la agroindustria.
Dijo que iba a concertar con las empresas el monto de un impuesto a las sobreganancias. Precisamente esa es su esperanza para cumplir muchas de sus promesas: Pensión vitalicia para las personas de 65 años. Construir colegios. Dotar de un hospital a cada capital de región o provincia principal, etc.
No se puede servir a dos amos, nunca dijo que era de izquierda, nunca dijo que estaba contra el neoliberalismo, se comprometió a continuar con el sistema, a respetar tratados como el TLC con EEUU que hunde al campesinado peruano.
Se justifica nuestro temor de que optará por la defensa del sistema contra los defensores del medio ambiente.
Nuestra posición
Nosotros optamos por la supervivencia de la especie humana.
¿Y el desarrollo?
Estamos en contra de este “desarrollo” que lleva a la extinción de la vida, estamos en contra de la economía extractivista practicada inclusive por los gobiernos progresistas de Ecuador y Bolivia.
Estamos por un desarrollo que garantice la supervivencia de la humanidad
Nuestra principal preocupación es que la gente beba agua limpia y se alimente debidamente. Para eso contamos con una cultura agrícola de 10,000 años que nos ha heredado una gran variedad de productos alimenticios vegetales y técnicas de cultivo adaptadas a nuestra geografía. Debemos defender esa biodiversidad e impulsar esa tecnología contra los ataques de la “modernidad”, que no es otra cosa que el “adelanto” de la agricultura, no en beneficio del consumidor sino de la ganancia de las grandes empresas agroindustriales, ganaderas y avícolas. Los transgénicos y los agroquímicos no son más que ejemplos de los varios ataques a la salud de dichas empresas. Estamos por la soberanía alimentaria defendida por la organización de los campesinos del mundo (Vía Campesina), que plantea que cada país debe alimentarse fundamentalmente de lo que produce.
“¡Necesitamos exportar!”. Es cierto, estamos en contra de la globalización en beneficio del gran capital, pero en favor de la interrelación de los pueblos. Tenemos para brindar al mundo, además de los productos alimenticios andinos apreciados en los países del norte, la rica biodiversidad amazónica (mostrada en los libros escritos por Antonio Brack antes de venderse a los depredadores) valiosa fundamentalmente para la medicina.
Afortunadamente los pueblos del mundo están despertando en defensa de la naturaleza y en búsqueda de una democracia real, contra este sistema mal llamado “democrático” que consiste en el gobierno del mundo por las empresas multinacionales que subordinan gobiernos y medios de comunicación
Vemos los movimientos en el norte de África, en las plazas de España, en fuertes luchas en América Latina contra la minería. Acabamos de ver el triunfo de las manifestaciones en todo Chile que frustraron la construcción de hidroeléctricas en la Patagonia. Vemos el triunfo del pueblo italiano en el referendo en defensa del agua y contra la energía nuclear.
En el Perú, Cocachacra hace esfuerzos por la interconexión de las luchas aisladas contra la minería.
En Lima, luego de la masacre en Juliaca, 20 personas se apostaron delante del Palacio de Gobierno con carteles en los que se leía VIDA SÍ MINA NO.