lunes, 23 de mayo de 2011

No al Ingreso de Transgénicos al Perú

Indígenas, Campesinos, Pequeños Productores, Agroexportadores, Consumidores, Ambientalistas y Chefs Unidos en la Defensa de Nuestra Biodiversidad.



Alan García y altos funcionarios en el sector agrario están haciendo un último faenón antes de retirarse de la función pública.


Se trata del recientemente aprobado Reglamento Sectorial del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) sobre Bioseguridad, que autoriza la importación de semillas transgénicas, con la finalidad de favorecer los intereses de unas cuantas empresas importadores de semillas y los criadores de pollos que quieren aumentar sus ganancias sin importarles el impacto negativo que el uso de semillas transgénicas puede tener para nuestra biodiversidad, que es el capital más grande que tiene nuestro país.
Esta medida ha generado el rechazo de una gran diversidad de sectores económicos y sociales que son conscientes de la importancia de nuestra biodiversidad. La están rechazando las organizaciones indígenas, campesinas y de pequeños productores que viven de nuestra rica biodiversidad.
La están rechazando sectores agroexportadores que saben del valor de nuestra biodiversidad en los mercados internacionales. La están rechazando expertos ambientalistas que van desde el Foro Ecológico hasta la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, y la están rechazando también los cocineros y los consumidores. Como lo han señalado Mariano Valderrama, Presidente de la Asociación Peruana de Gastronomía y el mismo Gastón Acurio, nuestro chef más premiado internacionalmente.
El ingreso de semillas transgénicas al Perú pone en peligro incluso la creciente industria culinaria del país, cuyo éxito se basa ciertamente en sus buenos cocineros pero, sobre todo, en la biodiversidad de nuestro país, que permite que tengamos enorme diversidad de productos alimentarios que son únicos en el mundo.
¿Quiénes lo apoyan?. En el terreno político, este despropósito tiene el apoyo de altos dirigentes del fujimorismo, como el empresario agroindustrial y ex ministro de Agricultura José Chlimper, que se ha declarado a favor de la medida, confirmando que para este sector un buen negocio privado vale más que todo el país.
Felizmente, el representantes de Gana Perú se han pronunciado firmemente contra esta medida
y ha anunciado que un futuro gobierno nacionalista derogará este reglamento y revisará íntegramente la política nacional al respecto.
Para Tierra y Libertad – como en el caso de los conflictos entre las empresas extractivas y las poblaciones locales – este es un tema en el que no puede haber medias tintas. Así, con toda claridad y firmeza, exponemos nuestra oposición a esta medida con los siguientes argumentos:

Somos uno de los países más megadiversos del mundo, buena parte de nuestra agricultura y producción es libre de transgénicos, y nuestra agricultura orgánica tiene un significativo crecimiento y potencial económico tanto en el mercado nacional como en los mercados internacionales. Gran parte de esta biodiversidad es usada, cuidada y reproducida por nuestras poblaciones indígenas y campesinas, por nuestros pequeños y medianos agricultores. Ellos pueden y deben ser los principales beneficiarios de las ventajas competitivas que esta biodiversidad genera en un mundo globalizado, frente a mercados que crecientemente exigen este tipo de producción.

La opinión de la las poblaciones indígenas y campesinas y de los productores y agroindustriales
que trabajan con nuestra biodiversidad es que no hay necesidad de recurrir a transgénicos para ser más productivos y eficientes. Con seguridad, algunos sectores minoritarios del comercio importador y de la agroindustria avícola se pueden beneficiar de los transgénicos, pero no se puede destruir el capital natural más importante del Perú para el beneficio de esos sectores minoritarios del país.
Los transgénicos (y está plenamente confirmado) están asociados a intereses empresariales de unas cuantas empresas transnacionales (Monsanto, Bayer y Syngenta, entre otras) que además
poseen derechos sobre las semillas transgénicas que producen y terminan por hacer dependientes a los agricultores de los paquetes tecnológicos de estas corporaciones. Este es el interés que hoy pretende imponerse al de una mayoría.

Es absurdo y profundamente contradictorio que -precisamente cuando en el país y en extranjero
se comienza a reconocer a nuestra biodiversidad y a nuestra gastronomía y se posiciona la marca Perú asociada a nuestro patrimonio natural y cultural- el gobierno del Presidente García privilegia los interese comerciales de sectores muy específicos para arriesgar todo lo avanzado y el enorme potencial que nuestra biodiversidad tiene para las mayorías.


El principio precautorio, recogido en el Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad de la Biotecnología vigente en el Perú desde julio del 2004 legitima perfectamente cualquier tipo de posición que cuestiona el uso de transgénicos y, en ese sentido, dada la controversia que existe sobre sus “pros y contras”, puede proponerse limitar indefinidamente su utilización o, al menos, hasta que existan pruebas irrefutables sobre sus ventajas.



Por estas consideraciones, planteamos que:
1. El actual Congreso de la República debe rechazar el Reglamento recientemente aprobado por el INIA y en su lugar aprobar el Proyecto de Ley Nº 3599-2009 que declara la MORATORIA al ingreso de transgénicos al territorio nacional. Esta es una medida inmediata y urgente que no tolera postergación alguna.

2. El nuevo Congreso debe discutir y aprobar la PROHIBICION del ingreso de transgénicos al Perú.

3. El nuevo Gobierno debe financiar al MINAM una investigación exhaustiva e independiente sobre la presencia y el origen de productos transgénicos en el Perú, con la finalidad de retirarlos de la producción y del mercado procediendo a sancionar civil y penalmente a quienes los hayan introducido, violando las normas existentes al respecto.

4. El nuevo Congreso y el nuevo Gobierno – en coordinación con los Gobiernos Regionales y Locales y las organizaciones indígenas, campesinas, productoras, agroindustriales, consumidoras y cocineras- deben discutir y aprobar una política y una estrategia de aprovechamiento sostenible de nuestra biodiversidad.

Las diferentes agriculturas del Perú pueden potenciarse de muchas formas (incluyendo aplicaciones biotecnológicas) que no necesariamente pasan por la generación de transgénicos y su
introducción o comercialización. En cambio, el riesgo que asumimos al permitir el ingreso de semillas transgénicas al país es muy alto, especialmente por ser país de origen de muchas variedades vegetales que tienen un mayor valor estratégico y real comparado con el eventual aporte de los organismos vivos modificados (OVM). Necesitamos una política radicalmente diferente. Y ésta puede y debe ser elaborada y puesta en práctica con el concurso de todos los sectores honestamente interesados en el aprovechamiento sostenible, equitativo e inclusivo de nuestra biodiversidad.



mayo del 2011

Comisión Política Nacional

Tierra y Liberta

2 comentarios:

totalmente cierto . muy buena tu entrada ,felicitaciones

ESPERO QUE TODOS LOS PERUANOS ESTEMOS DE ACUERDO CON ESTO SERIA PERDER UNA DE NUESTRAS RIQUEZAS, LA AGRICULTURA; SOBRE TODO TENER EN CUENTA QUE SI COMENZAMOS A CONSUMIR TRANGENICOS HAY UNA SERIE DE PROBLEMAS QUE VIENEN DE DETRAS EL EJEMPLO ES LA REALIDAD DE EUROPA, EN FRANCIA Y ALEMANIA LOS PRODUCTOS NATURALES AL SER ESCAZOS SUBEN DE PRECIO, NO OLVIDEMOS QUE SOMOS UN PAIS POBRE Y UNO DE NUESTROS BENEFICIOS ES TENER UNA ALIMENTACION NATURAL DONDE LAS FRUTAS Y VERDURAS AUN ESTAN AL ALCANCE DE TODOS

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