viernes, 3 de febrero de 2012

La Marcha del Agua en Cajamarca: História y Antecedentes

Cajamarca es una región situada al extremo norte del Perú, en el límite con Ecuador. Es una región de gran belleza escénica, que durante años tuvo características sobre todo ganaderas y agrícolas, y en manos de grandes hacendados. Luego de la reforma agraria del gobierno militar (1968-1975), la mayor parte de la tierra quedó en manos campesinas.

Como muchas regiones serranas, su población ha sido secularmente pobre pero sin graves problemas de pobreza extrema debido a una tierra generosa para las actividades rurales principales, particularmente la industria láctea, constituyendo un importante centro agroindustrial del Norte peruano. Mientras que a la población en general le garantizaba, al menos, la alimentación básica.

En 1992 llegó a Cajamarca la minera Yanacocha, fundada en 1992 (51.3% de capitales pertenecientes a Newmont Mining Corporation, 43,65% a la empresa peruana Minas Buenaventura, y 5% a International Finance Corporation (IFC), empresa del Banco Mundial). El año en que inició sus operaciones, 1993, produjo 81,497 onzas de oro. Diecisiete años después, en el 2010, obtuvo 1'471,620 onzas del oro, según se consigna en su Memoria de Sostenibilidad, representando la mayor parte de la producción anual aurífera del Perú. Yanacocha se consolidó desde sus inicios como la primera productora de oro en Sudamérica

Existen otras empresas mineras actuando en la zona, como Goldfields La Cima subsidiaria de Goldfields Sudáfrica, extrayendo Cobre y Oro, y hay otras más que están esperando ingresar.
Desde la llegada de la minería a Cajamarca, en los indicadores sobre las regiones más pobres del país, del puesto 14 Cajamarca ha pasado a ubicarse en el puesto número 2, y las ciudades principales – en particular la capital que se llama igualmente Cajamarca – ha incrementado sus zonas marginales con población de campesinos empobrecidos, lo que ha generado graves problemas de abastecimiento y sostenibilidad, particularmente de agua pues las fuentes de agua de la ciudad han sido afectadas por la actividad minera. Al mismo tiempo, autos lujosos recorren la ciudad y una élite de los que dependen de la actividad minera ha encarecido el nivel de vida general, con signos de la llamada modernidad al alcance de estos sectores. Hay como dos economías paralelas en la vida cajamarquina: una para pobres y otra para pudientes.

El incremento de la pobreza se explica en todos los casos por la actividad minera que ha forzado la venta de tierras campesinas, ha destruido lagunas que son fuentes de agua y utilizado sustancias tóxicas en una actividad desenfrenada para obtener oro mediante minería a tajo abierto que obliga a la remoción de grandes cantidades de tierra, aproximadamente una tonelada métrica de tierra para obtener 3 gramos de oro.
En la ciudad del Cumbe en 1993 se inició el denominado boom minero. La minera Yanacocha utiliza la tecnología de lixiviación para extraer oro a razón de tres gramos de cianuro diluidos en tres m3 de agua por cada TM de roca mineralizada. Yanacocha remueve diariamente un promedio de 600 mil TM de roca. Solo un ejemplo: en el año 2006 minera Yanacocha produjo más de 3.333,088 millones de onzas de oro. El problema es que este tipo de minería se rige por la ley de a más producción de oro, mayor consumo de agua, mayor cantidad de suelos removidos y más cianuro regado por todos lados.

Este método ha contribuido a la desaparición de varias fuentes de agua, empezando por la laguna Yanacocha que era tan grande y hermosa como la de El Perol en Celendín, y cuyo nombre la minera adoptó al destruirla. En 1990 Yanacocha era una laguna prístina. Hoy Yanacocha es un desierto y la laguna está seca. El verdor a su alrededor se convirtió en un paisaje muerto en menos de 20 años. Las aguas utilizadas de esta laguna se han envenenado – y continúan envenenando a los campesinos, la fauna y flora – todo el paisaje antes tan bello.
Para compensar la destrucción de las fuentes de agua, minera Yanacocha ofreció construir un reservorio. San José es un antiguo tajo minero convertido en reservorio con capacidad para almacenar hasta 6 millones de metros cúbicos de agua (unos seis estadios nacionales de Lima – para 46 mil personas sentadas – llenos de agua). El reservorio San José asegura el suministro de agua para 5 mil familias usuarias de canales con los que Yanacocha tiene compromisos previos y formales de abastecimiento.

Pero la famosa laguna San José de Yanacocha, presentada como modelo de compensación, no es para nada un sistema adecuado, es una “tina” profunda, plastificada, sin cuenca, alimentada por bombeo de manera que los sistemas de drenaje naturales han sido alterados totalmente y no están siendo reconstituidos ni siquiera aproximadamente. En la mentalidad de las mineras no se consideran los ecosistemas, ni el sistema natural de regulación, que es mucho más que el volumen almacenado en las lagunas.
En cada ocasión que Yanacocha ha querido iniciar una nueva actividad minera, ha ofrecido mayores cuidados con el entorno y garantías a la población. En 2002 la movilización de la población la obligó a retroceder en la explotación del cerro Quillish, donde hay un importante yacimiento de oro, pero que no solo es una importante fuente de agua en la región y reserva para la ciudad principal, sino que es patrimonio religioso de la población. A pesar del retroceso, la empresa minera no ha renunciado a ello, solo espera agazapada una nueva oportunidad.
Ahora amenaza con el proyecto Conga, haciendo promesas de cuidado del entorno y de la vida. Pero la población que ya conoce a esta empresa, no cree nada, y se ha movilizado para evitar esta nueva incursión destructora de Yanacocha.

Conga

Conga es una cabecera de cuenca y un ecosistema extraordinario que se formó durante millones de años y tiene un equilibrio hídrico perfecto, que consiste en alrededor de 80 lagunas prístinas, incluidas las lagunas que Yanacocha pretende destruir con el proyecto Conga: Perol, Mala, Azul y Chica y un área de más de 100 hectáreas de humedales y bofedales que reciben una precipitación anual promedio de unos 1,100 mm. Esta agua se infiltra por padrones geológicos, también creados durante millones de años, a acuíferos que están a cientos de kilómetros abajo, alimentando ríos, riachuelos, manantiales y pozos.

Las aguas de las cabeceras de las cuencas de Conga, Cerro Quilish y otros cercanos alimentan dos tercios de la población de la Región de Cajamarca con agua potable y riegan miles de hectáreas de agricultura, alimentando la población y produciendo cultivos para la exportación. Antes había todavía la cuenca de Yanacocha… que ya vimos que no existe, pues el proyecto de oro de Yanacocha lo ha destrozado.
El proyecto Minas Conga recibió luz verde del Ministerio de Energía y Minas (MEM) en octubre de 2010. En julio de 2011, Newmont Mining, el principal accionista de Yanacocha, anunció que terminaba la ronda de financiación y que se iban a iniciar las operaciones. Previamente, en rápidos siete meses (contra los 2 a 3 años que suele tomar ese complejo proceso) el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del Proyecto Conga había sido aprobado por el gobierno saliente.
Desde entonces, las protestas de la población cajamarquina se dieron en rápida sucesión.

Las protestas y movilizaciones

Se iniciaron con una marcha de protesta en octubre de 2011 en torno a las lagunas en peligro de extinción por causa del proyecto y la toma de carreteras. Con el saldo trágico de un campesino muerto. A raíz de estas acciones, los ministros de agricultura, de energía y minas y del ambiente fueron a Cajamarca. Ofrecieron evaluar el EIA aprobado por medio del Ministerio del Ambiente.
El 9 de noviembre hubo una protesta de 24 horas contra el proyecto minero, se bloquearon las carreteras, los estudiantes ocuparon la Universidad y hubo más de 10 mil personas en la calle. Se aprobó una huelga regional de duración indefinida a partir del 24 de noviembre, pidiendo al gobierno la cancelación del proyecto Conga. La empresa, entonces, suspendió sus actividades en la zona. El 23 de noviembre el ministro del Interior viajó a Cajamarca para pedir la cancelación de la huelga, pero fue en vano, las autoridades regionales insistieron en que el propio presidente Humala debía ir a Cajamarca.

El 24 de noviembre, empezó la huelga. El pueblo de Cajamarca fue masivamente a las calles. Las escuelas y las tiendas cerraron sus puertas, las principales carreteras fueron bloqueadas y miles de personas se congregaron en las montañas alrededor de las cuatro lagunas amenazadas por el proyecto.
Mientras tanto, la revisión del EIA por parte del Ministerio del Ambiente produce un documento crítico de dicho estudio. Esto aviva la certidumbre de los manifestantes sobre la validez de su causa.
Después de seis días de huelga, la empresa minera Yanacocha hizo saber que, a petición del gobierno y con la esperanza de restablecer la paz social, aplazaban las actividades del proyecto Conga. Los manifestantes respondieron que no era suficiente, que lo que buscaban era la declaración de inviabilidad del proyecto Conga. Al mismo tiempo, reducen la intensidad de la protesta, desbloqueando carreteras – salvo para los vehículos de la minera – y se reabren los comercios.

El 4 de diciembre, diez días después del inicio de la huelga, una comisión liderada por el entonces primer ministro Salomón Lerner llega a Cajamarca, para dialogar con los líderes del movimiento de protesta.
Simultáneamente, cientos de policías y soldados son enviados a la región. El Gobierno quiso poner fin a la huelga. Si los líderes no respondían a las propuestas gubernamentales en veinticuatro horas, se aplicarían medidas de fuerza. Es así que, tras dos días de diálogo sin resultados, el gobierno declaró el estado de emergencia en cuatro de las provincias de Cajamarca.
El estado de emergencia limita determinados derechos constitucionales, como la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión. Si el presidente quiere, puede imponer el control militar en la región.

Los líderes regionales llamaron a la gente a irse a sus casas, a mantener la calma, y a seguir expresando su protesta de manera pacífica y creativa: canciones de protesta se escucharon en muchos lados, la gente lucía escarapelas y se distribuyeron por toda la ciudad carteles caseros alusivos al problema, y se izaron banderas peruanas en muchas casas.
Al día siguiente, el Consejo Regional de Cajamarca aprobó por unanimidad una ordenanza declarando que el proyecto Conga es inviable. Especialistas en temas constitucionales en Lima se apresuraron a subrayar que esta decisión estaba más allá de las competencias del gobierno regional. El Ministerio de Economía bloqueó, entonces, el uso de sus fondos al gobierno regional de Cajamarca.

El martes, 06 de diciembre un grupo de líderes de la región de Cajamarca participaron en una reunión en el Congreso Nacional, en Lima, organizado por la Comisión de Pueblos Indígenas y Ecología. Al retirarse de la reunión, seis de ellos y sus acompañantes junto con otras cuatro personas, fueron detenidos durante más de diez horas en la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (DIRCOTE), de la Policía Nacional, sin motivo aparente. Una gran movilización obligó a que se les dejara en libertad.
Luego de esto, se produjo en el gobierno una crisis que obligó a la renuncia del primer ministro Lerner, acusado de ser muy dialogante. Se impuso el sector duro. Lerner es remplazado por el hasta entonces ministro del interior Óscar Valdés, un ex militar y antiguo instructor del presidente Humala en el ejército. Se restructuró completamente el gobierno y se instaló una línea dura, claramente favorable a los intereses de la minera. Esto se consolidó con la expulsión de casi totalidad de los integrantes de izquierda del gobierno, sus aliados durante la campaña electoral; y el nuevo primer ministro declaró de inmediato – contra las demandas de los cajamarquinos que enarbolaban el grito de ‘Conga no va’ – que ‘Conga va, sí o sí’.

Desde entonces se ha dado progresivamente un alejamiento de ambas posiciones, la de la minera Yanacocha avalada por el gobierno – que dice que de no cumplir el compromiso con la minera, el Perú debería asumir una deuda de 5 mil millones de dólares ante tribunales internacionales – y el pueblo cajamarquino, decidido a defender sus lagunas.

La Marcha del Agua

Es en este contexto general que se produce la iniciativa de la Marcha Nacional del Agua, originada en Cajamarca y que ha congregado a marchantes de muchas regiones del país, solidarizándose con las luchas del pueblo cajamarquino, pero además asumiendo sus propias luchas; pues conflictos como el de Conga, existen en muchos lugares del Perú que, por deformaciones estructurales, y más aún desde hace dos décadas, tiene una economía nacional estatal dependiente de las actividades extractivas, particularmente mineras.

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